Cuando te pienso
tan lejos,
se amontonan, revueltas,
las nubes en mis ojos.
Dejo el llanto y te recuerdo
bebiendo en mis manos
bebiendo en mis manos
como un pájaro sediento.
Y a pesar del dolor
y aunque no me queda
nada más que esta tristeza,
me pregunto
qué podría ofrecerle a la vida
a cambio de tu vuelta.
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