Hay cientos de testigos que nunca vieron nada y dicen que me vieron escapar. Hay marcas en un sillón, su olor, sus labios adheridos a mis pensamientos. Tengo frases escritas que hablan de ella, tengo un sentimiento apresado que no tiene nombre y que dice ser tristeza; tengo una foto también y parece que encontraron alegría escondida en alguno de mis cajones. Que otro decida que condena habré de cumplir para pagar el precio de tanta ingenuidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Ud está a punto de robar un espacio para dejar su opinión. Sea prudente...