miércoles, 28 de abril de 2010

El náufrago (Claudio María Domínguez)

El único sobreviviente de un naufragio fue arrastrado hasta una pequeña isla deshabitada. Todos los días, le pedía desesperadamente a Dios que lo rescataran, y solía mirar ansiosamente hacia el horizonte en busca de la ayuda que nunca llegaba.

Exhausto, finalmente se las arregló para construirse una pequeña choza con ramas y hojas, para protegerse y guardar sus pocas posesiones.

Pero un día, después de ir en busca de comida, volvió a su pequeña choza y la encontró en llamas, con una columna de humo que se elevaba hacia el cielo. Las cosas no podían estar peor; había perdido todo. Lleno de ira y dolor, miró hacia arriba y gritó: "¡¡Dios, ¿Cómo pudiste hacerme esto?!!".

Al día siguiente, muy temprano lo despertó el sonido de un barco que se aproximaba a la isla. Habían venido a rescatarlo. "¿Cómo supieron que estaba aquí?", preguntó el fatigado náufrago a sus salvadores. "Vimos su señal de Humo", Respondieron.

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