viernes, 30 de julio de 2010

Alma venturosa (Leopoldo Lugones)

Al promediar la tarde de aquel día,
cuando iba mi habitual adiós a darte,
fue una vaga congoja de dejarte
lo que me hizo saber que te quería.

Tu alma, sin comprenderlo, ya sabia...
con tu rubor me ilumino al hablarte,
y al separarnos te pusiste aparte
del grupo, amedrentada todavía.

Fue silencio y temblor nuestra sorpresa,
mas ya la plenitud de la promesa
nos infundía un jubilo tan blando,

que nuestros labios suspiraron quedos...
y tu alma estremecíase en tus dedos
como si se estuviera deshojando.

1 comentario:

  1. y pensar que andaba esquivando leer a lugones...
    viendo los casets (o como se escriba) me hiciste acordar que por algun lugar tengo varios de silvio.
    fue grato pasar por aca...

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